La quinoa (Chenopodium quinoa willd.) es una pequeña semilla de forma parecida a la lenteja (redondita y aplastada pero mucho más pequeña y de color blanquecino). Pertenece a la familia de las quenopodiáceas, junto a la acelga, la espinaca y la remolacha, entre otras.
Este pequeño tesoro gastronómico tiene su procedencia en los países andinos de Perú, Bolivia y Ecuador. La llamaban la madre de todas las semillas y la primera quinoa de la temporada era sembrada por el emperador con herramientas de oro. De hecho, para las culturas prehispánicas era uno de sus alimentos fundamentales, la utilizaban en sus ofrendas a los dioses y los guerreros incas incluso solían llevarla consigo para alimentarse en unas bolsitas que llamaban “pelotas de guerra”. Pero la quinoa no siempre ha disfrutado de tan buena aceptación y al llegar la “evangelización” a estos pueblos, fue perseguido por los nuevos pobladores, sustituido por maíz, trigo, patata, cebada y avena y su cultivo casi llegó a desaparecer por considerarla asociada a ritos paganos y ser alimento de “indios”. Por suerte, esta cacería de brujas no pudo con ella y gracias al esfuerzo que están realizando en sus países de origen para recuperar sus cultivos tradicionales, también hoy en día podemos degustarla y disfrutar de sus propiedades.
Pero… ¿Por qué la quinoa? En la actualidad, son ya muchos los estudios y entidades, incluida la FAO y la OMS, que han reconocido las propiedades alimenticias de la quinoa, entre las que se encuentra su ausencia de gluten, que hace que pueda ser consumido por gran parte de la población, incluyendo las personas celíacas y los bebés (es muy digestivo). Además es capaz de reemplazar a las proteínas de origen animal y tiene más del doble de aminoácidos (proteínas) que los cereales y que la leche, siendo además de mayor calidad que estos.
Fuente: Diccionario Enciclopédico de Plantas utiles del Perú. Brack Egg. A., (PNUD) Technology of cereals, Kent, N.L. (Pegamon Press)
La quinoa tiene también mucha fibra y minerales esenciales como el hierro, calcio asimilable por el organismo, magnesio, fósforo, manganeso, zinc, cobre y potasio y vitaminas del grupo B, C y ácido fólico. Es baja en contenido graso, siendo su mayor parte aceites poliinsaturados y cuando se cocina junto con el amaranto (otra semilla andina), producen una acción sinérgica potenciando las importantes cualidades de ambos.
Pero… ¿cómo se cocina la quinoa? Pues es muy sencillo, ya que se prepara de la misma manera que el arroz y puedes sustituirlo por él en tus platos. Pero si aún así os apetece alguna sugerencia más concreta... dentro de poco subiremos una entrada de recetas con quinoa.
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