domingo, 7 de marzo de 2010

Bésame... bésame mucho

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Hace bien poco, me ocurrieron dos anécdotas que tienen mucho en común y despertaron mi curiosidad:
Era el último día de clase antes de las “vacas” de Semana Santa. Carlos había decidido construir en el lugar donde trabajo una pequeña cabaña con cojines y telas para quizá sentarse allí a leer tranquilamente o tal vez solo estar y sentirse a gustito, recogido… Raquel le observaba desde fuera, cuando de pronto Carlos empieza a lanzarle besos desde dentro de la construcción. Raquel me mira medio “asqueada” - medio “divertida” y grita:
- ¡Jooooo! ¡Carlos me está tirando besos!
A lo que Carlos responde:
- ¡Claro, no me dejabas salir! ¡De alguna manera tenía que espantarte!
Ese mismo día, unas horas mas tarde, trabajaba con un grupo de niños de 5 años de edad cuando una de ellas propone en voz alta una idea:
- Hoy, antes de irnos ¿Nos dais cada uno un beso a todos?
Pensé en la diferente utilidad de los besos en cada una de las situaciones de ese día, es más… ¿Cómo sería que surgió la costumbre de besarnos? ¿Sería siempre así como ahora? Y allá que me fui a investigar. Así fue como descubrí que aún hoy los científicos no se terminan de ponerse de acuerdo al respecto. ¡En serio! Viajamos a la luna, sabemos si en un planeta hay o no agua… pero nadie se pone de acuerdo sobre los besos jejeje…
Una de las teorías que encontré es que los besos surgieron como “herencia” de un antiguo gesto de nuestros antepasados primitivos, cuando la madre alimentaba a las crías dándoles el alimento ya masticado directamente de su boca.
Otras teorías atribuyen el origen del beso al instinto de succión de los bebes, a la antigua costumbre primitiva de olfatearse o a impulsos caníbales que aún conservamos ¿Imagináis que de pronto nos entrara el hambre y mordiéramos a la primera persona con que nos topáramos? ¡Claro mejor ir besando entonces! ¿No creéis?
El caso es que parece ser que el beso ha tenido su desarrollo o no era tal y como hoy lo conocemos. En Persia podían darse entre hombres del mismo estatus socio-económico. Entre los griegos sólo eran permitidos entre padres e hijos o amigos muy próximos. Para los romanos era una manera de saber si sus mujeres bebían alcohol (prohibido para ellas). Las madres de la Indochina Francesa amenazaban con dar a los niños un beso de “hombre blanco” cuando les querían asustar. En Inglaterra, al llegar a casa de alguien, el visitante besaba al anfitrión, a su mujer, a todos los hijos y hasta a las mascotas. En el S XV los nobles franceses podían besar a cualquier mujer que quisieran. ¡Y en la Revolución Industrial hasta llegó a prohibirse besarse en público!
¡Menos mal que en los años 60 surgió una protesta haciendo justo los que estaba prohibido! Jejeje…

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