domingo, 7 de marzo de 2010

Abrete Sésamo!!

¡¡Ábrete sésamo!!
Seguro que en más de una ocasión, ésta frase ha conseguido llevaros volando hasta ese mundo lleno de aventuras, peligros, riquezas inimaginables… de Ali-baba y los cuarenta ladrones. Pues si pensáis que fue casualidad que el/la autor/a de “Las mil y una noches” la utilizara, quizá os sorprenda saber que en realidad viene de la gran importancia que tenía y tiene esta pequeña semilla en la alimentación. La expresión podría referirse al tesoro que supone la apertura de la cápsula que contiene el sésamo. Por ejemplo, en la cultura hindú representa el principio de la vida y los soldados griegos en la antigüedad llevaban siempre consigo una bolsita de “supervivencia” con semillas de sésamo por sus propiedades nutricionales. Y es que ésta pequeñita “joya” es una de las semillas más antiguas utilizadas en la alimentación y una de las primeras cultivadas.
La planta del sésamo (Sesamun indicum) tiene cápsulas que protegen a las semillas, que al madurar se abren y dejan a la vista su semilla: el sésamo o ajonjolí, que es el nombre que le dieron los árabes.
El sésamo contiene entre un 50 - 60% de ácidos grasos saludables (pero no hay que echarse las manos a la cabeza, más adelante lo explicamos), entre los que se encuentra la lecitina y quizá éste nombre te suene a la lecitina de soja, que tan de moda está últimamente, pero la lecitina es un componente esencial para formar tejido nervioso y es beneficiosa para el sistema cardiovascular. El sésamo además contiene otra familia de ácidos grasos que son el sesamin y el sesamolin y otros dos que sólo podremos encontrar una vez convertido en aceite de sésamo, pues se forman durante este proceso: el sesamol y el sesaminol. Estos cuatro ácidos grasos proporcionan importantes beneficios para la salud:
Aumentan la absorción de vitamina E, un potente antioxidante.
Ayudan a normalizar la presión sanguínea (según estudios del Dr. Devarajan Sankar).
Aumentan la actividad de varias enzimas del hígado mejorando la digestión de grasas por lo que ayuda a perder peso (¿veis como no era para echaros las manos a la cabeza?). Y eso no quiere decir que podamos cebarnos y que el sésamo sea la panacea para no engordar.
Ayuda a reducir el colesterol (según estudios publicados en las revistas Journal of Lipid Research y Journal of Nutrition) y mejora el equilibro hormonal siendo recomendable en mujeres menopaúsicas.
Y no olvidemos que el sésamo también tiene un alto contenido en calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, manganeso, cobre, fibra y proteínas (más proteínas que cualquier otra semilla o fruto seco, pues contiene 15 aminoácidos esenciales con un elevado contenido en metionina).
Fuentes:
Libro: The 150 Healthiest foods on earth (Jonny Bowden)

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