miércoles, 29 de junio de 2011

Porqué deberías ignorar el informe del gobierno Americano sobre la vitamina D.

El Institute of Medicine’s Food and Nutrition Board (FNB) realizó un informe en el que esencialmente decía que una suplementación por encima de 800 UIs de vitamina D era innecesario y podría ser incluso perjudicial para la salud.

¿Deberíamos ignorar este informe? Si, y veremos porqué.



Este comité en su informe miró solamente la cantidad de vitamina D conocida que es necesaria para tener los huesos fuertes. Esto, es lo mismo que evaluar un iPhone basándonos solamente si funciona bien como calculadora. Algo bastante pobre.



La vitamina D es importante para los huesos, por supuesto, pero esto es sólo una pequeñísima parte de todo lo que hace este “milagroso” nutriente.

El experto en vitamina D, William Grant, PhD, nos dice que:

“Los beneficios para la salud de la vitamina D se extienden por lo menos a 100 tipos distintos de enfermedades, con una fuerte evidencia científica a muchos tipos de cáncer (pecho, colon, ovarios, pancreático, próstata y rectal), enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 1 y 2 , infecciones respiratorias como gripes y neumonía, otras infecciones como sepsis, y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple”.



Además, tener niveles bajos de vitamina D repercute en el estado de ánimo, a la habilidad para perder peso, al rendimiento físico, al sistema inmune e incluso aumenta la posibilidad de morir (Un estudio del 2008 encontró que bajos niveles de vitamina D incrementa el riesgo de morir por cualquier causa en un 26% comparado con aquellos que tienen niveles “óptimos” de vitamina D en su sangre).



Lo que nos lleva a la pregunta de cuales son los niveles “óptimos” de vitamina D y cual es su toxicidad.



Desafortunadamente muchos nutricionistas y doctores siguen valorando a las vitaminas solamente en términos de la cantidad que es necesaria para prevenir enfermedades asociadas a su deficiencia.



Por ejemplo, la “cantidad diaria recomendada” para vitamina C es la cantidad necesaria para prevenir el escorbuto; la cantidad recomendada diaria permitida para la vitamina B1 (tiamina) es la cantidad necesaria para prevenir el beriberi.

Llamemos a esto “el salario mínimo nutricional” y es completamente irrelevante a aquellos interesados en tener una buena calidad de vida y una salud óptimas.



¿Cúal es el nivel óptimo de vitamina D?



El experto Dr. William Grant, dice que “debe de ser al menos 40-60 ng/ml”.

De acuerdo con la investigación del Dr. Grant (1) incrementar el nivel en suero de la vitamina 25(OH) D a 40 ng/ml podría reducir la mortalidad en Estados Unidos en un 15%, lo que corresponde a incrementar la esperanza de vida en 2 años.



El Consejo de la vitamina D piensa que 50 ng/ml es el nivel mínimo aceptable, y que el nivel óptimo está entre 50 ng/ml y 80 ng/ml* (Esta es la línea que sigue la mayoría de expertos y la mayoría de ellos cree ideal estar entre 70 ng/ml y 80 ng/ml).



Es imposible alcanzar ese nivel sin suplementos. Y es virtualmente imposible alcanzar ese nivel con la irrisoria cifra de 600 IUs diarias que recomienda la FNB.

La Food and Nutrition Board (FNB) admite que el 97% de los americanos tiene un nivel por debajo de 20 ng/ml – 30 ng/ml. Y un suplemento de 600 IUs al día incrementaría el nivel en sangre de vitamina D en 6 ng/ml.



Alguien con un nivel de 25 ng/ml debería tomar al menos 2.000 UIs al día para alcanzar los 45 ng/ml y de acuerdo con el Consejo de vitamina D, 45 ng/ml no llega al mínimo necesario ya que los niveles óptimos para este Consejo son de 60-80.



De acuerdo con el experto en vitamina D, Zoltan Roma, MD, Msc, autor del libro “Vitamin D: The Sunshine Vitamin”, “Ahora las investigaciones indican que la cantidad mínima requerida es de 4.000 IUs”, además “seguramente llevará otra década más antes de que las autoridades nutricionales reconozcan este hecho y recomienden una ingesta mayor de vitamina D a la población”



Ya que hablamos de cantidades tan grandes según la FNB, vamos a hablar de la toxicidad.

El FNB también informó que la toxicidad de la vitamina D podría ocurrir con una ingesta diaria de 10.000 IU/al día (250 microgramos/día), aunque ellos no tienen evidencia de que una ingesta de 10.000 IU/día haya causado alguna vez toxicidad en humanos. Solamente hay un mal estudio indicando que una cantidad de 20.000 IU/día podría causar una leve elevación del calcio en sangre, pero no una toxicidad clínica.



En un excelente estudio de revisión científica de toda la literatura sobre la vitamina D, Reinhold Vieth, PhD, profesor en el Departamento de Ciencias Nutricionales, Laboratorio de Medicina y Patobiología de la Universidad de Toronto, dice:



“Durante toda mi preparación para esta revisión, me asombró la falta de evidencia científica que apoye las afirmaciones sobre la toxicidad de dosis moderadas de vitamina D”. Añade, “Si hay alguna evidencia publicada de la toxicidad en adultos de una ingesta de 250 ug (10.000 IU) por día, y que es verificado que lo causa la concentración de 25(OH)D, todavía no lo he encontrado”.



El Dr. Vieth informó que la toxicidad en humanos probablemente comienza a ocurrir después de una ingesta continuada de una semana de uso de aproximadamente 40.000 IUs al día (aproximadamente serían unas 100 cápsulas de las típicas cápsulas que contienen 400 IU).

Vamos a recordar que el cuerpo por si mismo podría fácilmente fabricar 10.000 IU al día en unas pocas horas estando al sol. Por lo que una toxicidad a partir de 10.000 IU no suena lógico.



Es muy triste que un informe así del Institute of Medicine’s Food and Nutrition Board – el cual ha sido difundido por los medios de información de Estados Unidos con titulares como “vitamina D puede ser peligrosa” probablemente espantará a mucha gente que podría beneficiarse enormemente tomando suplementos de este importante nutriente”



Es recomendable que la gente tome al día al menos 1000 IUs, preferiblemente 2000 IUs de vitamina D 2.000 IUs of Vitamin D daily.



* Recordar que hay dos maneras de medir la vitamina D en la sangre; no te equivoques con las mediciones. En los Estados Unidos normalmente se mide en ng/ml, pero la medida internacional es en nmol/ml. Por lo que si alguien dice que sus niveles son de “50” hay que asegurarse cual es la medida que está usando. (Una medición de 50 ng/ml es el equivalente a 124,8 nmol/ml)



REFERENCE:

1) Grant, WB, “In defense of the sun: An estimate of changes in mortality rates in the United States if mean serum 25-hydroxyvitamin D levels were raised to 45 ng/mL by solar ultraviolet-B radiance”, Dermato-Endocrinology, 2009; 1(4): 207-14

viernes, 28 de mayo de 2010

Pensaba en tí, ¿será telepatía?



Hoy nos acercamos al mundo de la telepatía. Quién no ha dicho alguna vez al recibir una llamada “que casualidad ahora mismo estaba pensando en tí”

Los científicos que estudian casi todo también se han aventurado en este campo, vamos a exponer dos nuevos estudios publicados por revistas cientificas que certifican la existencia de un mecanismo de cognición que popularmente conocemos como telepatia. Ambos estudios han sido efectuados en el ámbito universitario.


Primero nos ponemos en antecedentes. Veamos como esta historia se remonta mucho tiempo atrás. El primero en estudiar la telepatía de forma científica fue el Dr. Joseph Banks Rhine con sus trabajos en el departamento de psicología de la Universidad de Duke. Desarrolló con las llamadas cartas Zener, que constan de un conjunto de cinco cartas con un símbolo diferente cada una. Sus trabajos consistían en que sus voluntarios actuaran uno como emisor y el otro como receptor.

La única comunicación que debía de haber entre ellos era el pensamiento.

Descubrió que los receptores acertaban de forma habitual, más de un 20%, un número mayor de aciertos del que debería darse por azar.

Muchos individuos tras miles de pruebas alcanzaban el 30% de aciertos e incluso un 40% y casos excepcionales en los que se alcanzaban cifras mayores.


Ya en la década pasada en los primeros años del siglo 21, el bioquímico de la Universidad de Cambridge, Rupert Sheldrake efectuó nuevos trabajos. Cinco voluntarios en cada experimento. los sujetos debían recibir una llamada telefónica y debían adivinar quien de los cuatro posibles emisores era quien la efectuaba.

Por azar el nivel de acierto debía ser del 25% sin embargo, en los diferentes ensayos, miles de ensayos, se alcanzó un resultado entre el 30-40%.

Diversas revistas científicas publicaron sus estudios, la razón es sencilla e inquietante. Demostraban que existía un tipo de percepción que no podía explicarse, y que estaba más alla de lo conocido. Además confirmaba la existencia de algo que Rhine ya había dicho años atrás, cuanto mayor es la proximidad emocional entre los sujetos que se sometían a los experimentos, mas elevado eran los aciertos.


Lejos de hablar de un sexto sentido de telepatía, los investigadores científicos que trabajan en la actualidad en este tipo de experimentos acuden a los modelos cuánticos para encontrar una explicación a este nivel de comunicación de la información.

Los ensayos que mostraron un resultado que podrían explicar fueron realizados con electrones. Se emplearon dos electrones vibrando al unísono. Se descubrió que a partir de ese momento ambas partículas independientemente del espacio que las separaba, quedaban unidas por una suerte de cordón umbilical y aunque ambas estuvieran en lugares distantes y sin ningún tipo de unión visible entre ambas lo que pasaba en una ocurría también en la otra. Es decir, es como si hicieran que esas dos partículas entraran en una comunicación independiente de la distancia a la que esté una y otra. Una podría estar en un confín del universo y la otra partícula en la otra y se comunicarían de la misma manera que si estuvieran a una distancia de 5 metros. Cualquier cambio que se produce en una de ellas, inmediatamente causa su efecto en la otra. Esto abre muchas puertas, a nivel científico.


Se conoce que el fenómeno ocurre. La incógnita es saber que mecanismos actúan.



Uno de los dos trabajos que se acaban de publicar, efectuadas por investigadores del centro medico de la Universidad de Friburgo en Alemania y de la escuela de ciencias sociales de la Universidad Britanica de Northampton, publicado en la revista Open Psicology Journal. Los estudiosos quisieron comprobar si se producía la misma llamada telepatia telefonica repitiendo los estudios que antes citamos de Rupert Sheldrake con el trabajo de un azar del 25%. Los sujetos que participaron en el experimento mostraron un nivel de aciertos del 27%, poco significativo. Sin embargo los estudiosos descubrieron que cuanto mayor era la relación entre los experimentadores, mayor el % de aciertos. descubrieron que uno de los colaboradores alcanzaba un nivel de aciertos del 40% para ellos no hay explicación. Este individuo por alguna razón era capaz de percibir información al margen de los cinco sentidos conocidos.


El otro trabajo científico ha sido publicado en el Journal of Science and Healing, el experimento consistía en el envío de sms, de mensajes a través de ordenador. Cuatro personas en cada experimento. Tres de ellos actuaban como emisores de los mensajes. El cuarto sujeto debía de acertar quien estaba enviando el mensaje. No existía forma conocida de saberlo.

Por azar el nivel de aciertos debía ser del 33% se efectuaron un total de 886 pruebas y los aciertos superaron al azar, llegaron al 38% y lo más sorprendente. superaron el 40% cuando los experimentos eran filmados.


¿Hay algo más? ¿un sexto sentido o una conexión cuántica como la que se produce entre los electrones entrelazados?



Fuente: La rosa de los vientos (rosavientos podcast 472)


domingo, 16 de mayo de 2010

Tomar té verde ayuda en la salud ocular.





Un nuevo estudio realizado en animales sugiere que ciertos componentes del té verde podrían ofrecer protección antioxidante a los tejidos oculares.

El té verde contiene muchos antioxidantes, incluidos polifenoles con el nombre de catequinas. Se ha propuesto que esta alta concentración en antioxidantes podría jugar un papel importante en el mantenimiento de la salud.

En el estudio, los investigadores diseccionaron los ojos de ratas que fueron alimentados con 550 miligramos de extracto de té verde por kilo de peso corporal. Los tejidos de la cornea, cristalino, esclerótica, coroides, humor vítreo y humor acuoso fueron analizados.

Los investigadores encontraron que los tejidos de los ojos absorbieron significativamente cantidades de catequinas procedentes del té verde.

La retina absorbió la mayor parte de gallocatequinas, mientras que el humor acuoso absorbió la mayoría de epigallocatequina.

Aunque los resultados son prometedores por lo efectos antioxidantes y protectores de las catequinas, son necesarios estudios para confirmar resultados similares en humanos.

Os dejamos una receta de una infusión con té verde.

Ingredientes:

Una cucharadita de té verde.

25o ml. De agua.

Piel de naranja y de limón.

Nuez moscaza.

Vainilla en rama.

Zumo de limón y naranja.

Una cucharadita de azucar integral (opcional).

Hojitas de menta.

Modo de preparación:

Poner el té verde en el fondo de la tetera junto con las cáscaras de limón y naranja bien lavadas, un poco de nuez moscada, la vainilla y el azúcar (opcional).

Vierte encima agua recién hervida y dejalo reposar 3 minutos. En el momento de servirlo añade zumo de limón y naranja.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Michel de Notre-dame. El médico que quiso anticipar el futuro.


Hola a todos, en esta ocasión, vamos a poner un toque de historía al blog.
Podeis leerlo tranquilamente y disfrutar de ello en un viaje o un ratito que tengáis o bien escucharlo en el podcast de pasajes de la historia. Que forma parte del programa de radio la rosa de los vientos.
Un abrazo a todos y que lo disfruteis.


Empezamos....

En los orígenes del siglo XVI nacieron personajes insignes que darían un vuelco trascendental a los acontecimientos. Mientras Francia se debatió en la propia supervivencia luchando contra el enemigo ascentral español. Luchando contra los ingleses y luego luchando entre si en conflictos fraticidas provocados por las reformas religiosas.

Ese fue el contexto que vio la llegada al mundo de un tal Michel de Notre-dame quien en principio no había sido llamado para ocupar lugares de excepción en la historia francesa pero que desde luego, sus actuaciones, sus méritos y esa visión anticipada. Supuesta visión anticipada de los hechos futuros, si que le puso en solfa, si que le puso en la primera fila de la actualidad de aquel siglo tan lejano.


Vino al mundo en la localidad de Saint Rémy en la Provenza francesa, una bellísima localidad sometida a la tortura de la peste bubónica.

En aquel tiempo la vieja Europa no se había zafado de este mal endémico en el que millones de vidas fueron finiquitadas por la peste, la maldita peste negra.

Desde 1348 año oficial en el que se declaró la epidemia hasta bien entrado el siglo XVIII la peste fue una constante y diezmó poblaciones, pueblos, ciudades, sin hacer distingos sociales. Todos eran víctimas todas caían bajo la pestilente espada de un mal que nadie era capaz de erradicar, nadie era capaz de ofrecer la fórmula exacta que consiguiese la curación de los cuerpos.


Michel de Notre-dame nace en ese contexto atenazado por la enfermedad, la guerra, las hambrunas en ese año de 1503 un año en el que todavía se hablaba de cosas interesantes. Por ejemplo en España seguían vigentes los reyes católicos. Aun restaba un año para el fallecimiento de Isabel la Católica. Cristóbal Colón seguía vivo tras haber culminado su cuarto y último viaje a las Américas, a esas Antillas Mayores. No se conocía todavía la existencia de una realidad tan gozosa como el continente, el nuevo continente americano. En el siglo XVI el Reino Unido todavía mantenía algunos de sus territorios en Francia, tras haber culminado la hecatombe de la guerra de los 100 años que no duró 100 sino 117. Y es el siglo de reyes tan populares, tan celebrados como Enrique VIII, o su hija Isabel I. Aun faltaban 14 años para el estallido protestante alemán. Lutero afilaba ideologías y armas para proclamarse independiente de la iglesia oficial, de la iglesia católica.

En el vaticano en ese año de 1503 fallecía Alejandro VI el cuarto y último Papa español en asumir la tiara pontificia, el trono de Pedro, el sueño de los Borgia de una Italia independiente quedaba atrás. Pero los grandes del Renacimiento, Maquiavelo preparaba sus obras, Leonardo da Vinci estaba a un año de empezar a esbozar su magnifica Gioconda, Miguel Angel Bonarotti ya era más que popular.

Un tiempo interesantísimo, un tiempo en el que España ocuparía situación hegemónica como proclamado Imperio y desde luego durante ese siglo o buena parte de ese siglo España y Francia se enzarzaron en diversas contiendas siempre favorables para los intereses hispanos, en el tiempo de Nostradamus se produjeron los desastres de Pavía y de San Quintín esas derrotas francesas a manos imperiales.

Por tanto Francia no estaba viviendo su mejor momento y en ese año 1503 Michel llega al mundo. Pertenecía al seno de una familia judía conversa. Ya sabéis que los judíos no fueron expulsados solo de España sino de Francia y mucho antes también del Reino Unido . No eran personajes queridos en ningún lugar europeo y los Notre-dame habían sido judíos y habían tenido que convertirse por humor de los acontecimientos y sobre todo de la presión política de aquel tiempo.

En todo caso eran una familia de prestamistas, comerciantes y médicos. Sobre todo médicos, el abuelo materno de Michel había sido un personaje muy respetado y aplaudido y fue sin duda el que inculcó la vocación por la medicina al pequeño Michel.


Jacques el padre de Michel no vio mal que su pequeño dedicara su vida a ser galeno. A ser cirujano, médico, que en aquel tiempo era una profesión no tan aplaudida como fue en siglos posteriores pero que si aportaba grandes beneficios a quien la practicase.

Y con tal motivo Michel de Notre-dame se inscribe en la Universidad de Avignon. Acontecía la década de los 20 en aquel siglo XVI. Michel era muy joven pero ya mostraba querencia por las artes de Hipócrates y quería curar. Dedicar su existencia a la investigación médica, obsesionado por la idea de encontrar el remedio adecuado, oportuno, para vencer de una vez por todas a la maldita peste bubónica.


En 1525 no solo se sucedieron los desastres para Francia. Pavía ya la hemos mencionado, sino que también, una nueva plaga de peste asoló diversas regiones francas y a tal punto llegó la mortandaz que la propia Universidad de Avignon tuvo que cerrar sus aulas a fin de evitar la extensión de la plaga. Numerosos estudiantes entre ellos Michel de Notre-dame quedaron a expensas de recibir su titulación.

Y los años se fueron sucediendo. En ese tiempo Michel quedó enfrascado en la onda y exhaustiva investigación botánica. Quiso saber como funcionaban los remedios de la naturaleza, como era el funcionamiento de esas plantas, como eran esas recetas ancestrales que el había visto manejar en su familia.

Las puso en práctica con multitud de enfermos con los que se iba topando en estas regiones que iba transitando. el joven Michel de Notre-dame quería ser médico pero ante todo quería ser investigador. Por supuesto y como buen judío converso también se había interesado por la cábala y dicen también que por la alquimia. La búsqueda incesante por la piedra filosofal de la transmutación, de la hipotética transmutación de los metales, del plomo por el oro. Desde luego que era alquímico, desde luego que era botánico, era cabalista y un hombre interesadísimo por las artes ocultas por las ciencias ocultas.


Su única religión era la del saber. Hacer acopio de conocimientos suficientes para sus objetivos vitales. En 1529 se atenuaron los síntomas de la epidemia. La peste negra permitió que se abriesen algunas universidades, por ejemplo la de Montpellier, una Universidad muy progresista para el momento, en la que se matriculó Michel de Notre-dame. Ahora si, recibió su doctorado, ya era médico y por ello abrió consulta en Hagen, una ciudad en la que pretendía prosperar como galeno y poco más. Se casó y tuvo sus dos primeros hijos, pero una vez más la fatídica plaga, esta enfermedad pertinaz vino he hizo acto de presencia llevándose la vida de su mujer, su querida mujer y sus dos hijos. Michel de Notre-dame se había quedado sin familia y la rabia y no precisamente la transmitida por las ratas le movió, le impulso a seguir investigando como el que más y empieza a observar ciertos comportamientos en ciudades apestadas de estos apestados. Decía incluso en sus escritos primigenios que era horrible que conseguías limpiar la ciudad de apestados pero que al día siguiente, volvía a estar cuajada de ellos.

Que morían los de uno y otro lado, los de toda suerte, de condición social. Era imposible, prácticamente imposible, luchar contra la peste, contra el mal.

Pero sus numerosos exegetas afirman que en estos años Michel de Notre-dame consiguió un remedio. Un remedio que al menos era eficaz en cuerpos sanos y que podía prevenir la entrada de la peste en esos cuerpos. Nunca sabremos acerca de la verosimilitud de estas afirmaciones, pero desde luego el prestigio social que adquirió en estos años nos hace pensar que algo hubo.


Por si fuera poco este adelantado a su tiempo, intento apostar por la higiene, por la profilaxis. E informó a sus conciudadanos que lo mejor para luchar, para prevenir la llegada de la peste era mantener saneadas las ciudades y sobre todo los cuerpos.

En esto desde luego tenía toda la razón.

En aquel momento, en aquella época donde las ciudades no eran los sitios más salubres del mundo, donde una ciudad se podía localizar por el hedor que desprendía a varios kilómetros.

Michel de Notre-dame se fue granjeando el respeto, la admiración de los franceses. En 1.544 con la treintena ya cumplida se casó con una bella viuda de Salon, y después de ese matrimonio llegaron seis hijos. La bella viuda era adinerada por herencia y eso permitió a Michel de Notre-dame plantearse un futuro mas que cómodo.

Alguno de estos hijos estuvo a la altura del padre, por ejemplo Cesar. Que llegó a ser pintor de cámara del rey Luis XIII, y gracias a sus buenas manos nos ha llegado un retrato de su padre, bastante fidedigno, dicen. No obstante, hubo otro hijo que podemos considerar la oveja negra. Este se llamaba Michel, como su propio progenitor, quiso ser profeta como su papa, pero no tenía las facultades de su padre y elaboró algunos vaticinios. Entre ellos que una ciudad francesa iba a ser pasto de las llamas, iba a ser destruida por el fuego y como esto no terminaba de cumplirse, en 1.574, el mismo, intentó incendiarla y le pillaron con la tea en la mano y esto le condujo al cadalso donde fue ejecutado por ser falso profeta.

No ocurrió eso con su padre como vamos a contar.

Finalizando la década de los 40 Enrique II, llegaba al poder, ocupaba el trono de Francia y en su compañía la bellísima Catalina de Medici. Para entonces finalizando la década de los cuarenta la fama de Michel de Notre-dame era más que notable y Catalina también amante de las ciencias ocultas y una forofa encendida de la astrología, quiso que Michel de Notre-dame ya reconocidísmo médico, pero también astrólogo ya que empezaba a hacer sus famosos almanaques, en los que dejaba escritas unas cuartetas, unos poemillas en los que se auguraban cosas para el año venidero. Y esto, como se iban cumpliendo los poemas la gente empezó a fijarse en el cómo astrólogo. Hablaban ya del astrólogo Nostradamus. El latinizó su apellido, era una costumbre muy al uso en aquellos años, porque si latinizabas tu apellido conseguías mayor respeto entre los tuyos y el quiso que Notre-dame se convirtiese en Nostradamus.

Bien, pues Catalina de Medici, convenció a su regio esposo para que Nostradamus llegase a la corte y en ese año de 1.548, ya era médico oficial de la corte francesa y además astrólogo. Catalina le encargó las cartas astrales de sus hijos y llegó a convencerla cuando las elaboró sobre el futuro Francisco II, sobre el futuro Carlos IX, este propio Carlos IX también el convirtió en su médico personal. O sobre el futuro Enrique III. Hay que decir que de los muchos hijos que tuvo Catalina de Medici, cinco llegaron a reinar. Tres de sus varones y dos de sus chicas. Isabel de Valois y Margot, la celebradísima Margot.


Bien, pues aquí tenemos a Nostradamus al recién y flamante proclamado Nostradamus trabajando para Catalina de Medici hacia 1.550 dicen que ya dejó de atender enfermos y se centró en el mecenazgo que recibía de la reina. Estaba muy interesado en la investigación médica y comenzó a elaborar tratados y dejo escritos algunos de ellos con recetas algunas estéticas, como antes comentábamos, muchos monarcas del momento se fijaron en estos escritos de Nostradamus y los aplicaron en sus cuerpos. Verbigracia Isabel I de Inglaterra, la cual utilizó una pomada creada por Nostradamus confeccionada a base de manzana. Era una crema nutritiva que decían daba esplendor a la reina inglesa. Era también esteticista, Nostradamus, muy interesado en estas enseñanzas que daba la naturaleza.

Pero llegamos al año de 1.555 y es aquí donde aparecen publicadas sus profecías. Esas profecías que desconcertaron a propios y ajenos. Un volumen en el que figuraban distribuidas siete centurias cada centuria albergaba un centenar de cuartetas. Estrofas de cuatro versos, una forma de escribir nebulosa, hermética pero en la que se podían adivinar los hechos futuros, los hechos concernientes a nuestra civilización en siglos posteriores.

Y esto es lo que empieza a incomodar a algunos, ya de hecho Nostradamus venía arrastrando toda la encendida crítica de algunos enemigos que veían mal que conjugase ciencia con astrología. En aquel tiempo se hablaba de supercherías, supersticiones, practicas malignas, diabólicas y algunos pensaron que Nostradamus era un fiel representante del diablo en la tierra. Pero no así creyó esto Catalina de Medici la cual siguió apostando por su médico, su astrólogo. Y todos leyeron sus célebres poesías, sobre todo una.

Una a la que en principio no prestaron mucha atención, porque no podían relacionar los sucesos que estaban a punto de acontecer y esto trascendió en 1.559. Para entonces se había celebrado por fin una paz entre España y Francia y para ratificar esos acuerdos los reyes franceses consintieron que su hija mayor, Isabel de Valois se casara con Felipe II de España. Y precisamente festejando este matrimonio Enrique II, padre de Isabel, quiso formar parte de los caballeros que iban a entretener al personal en una justa medieval. Un torneo como antiguamente se hacía en la edad media.


El rey, ciñó su mejor armadura, era una hombre veterano pero muy curtido en las lides guerreras. Era un rey muy belicoso que no había tenido reparo en partir a la vanguardia de su ejércitos haya donde se produjese el combate. Enrique II se iba a enfrentar en duelo singular con uno de sus nobles más jóvenes, mas valerosos. El conde de Montgomery y en aquel día fatídico de 1.559 ambos contrincantes cruzaron sus lanzas.

La desgracia, la fatalidad, quiso que la lanza del joven guerrero se quebrase y las astillas fuesen a parar al casco, a las hendiduras, a las aberturas que había en en casco del rey francés. Esas astillas se incrustaron en los ojos del rey francés y Enrique II tuvo una agonía dolorosísima, fue un trágico final para aquel rey.


Y claro fue entonces cuando alguien se percató de algo que estaba reflejado en las cuartetas de Nostradamus y en una de ellas se decía que un viejo león moriría a manos de otro joven y que moriría cuando un certero dardo se incrustase en su casco de oro. Efectivamente el casco del rey Enrique II estaba repujado en oro y que casualidad un dardo fue a incrustarse, a pasar entre las rendijas de ese yelmo para acabar con la vida del monarca. De inmediato todos pensaron que Nostradamus había acertado, la cuarteta con el vaticinio se había cumplido con exactitud y eso hizo que muchas miradas se fijasen en Nostradamus.

¿Acaso había mas vaticinios?, ¿acaso el futuro de Francia estaba ahí? ¿acaso el vidente era bueno?.

La verdad es que Nostradamus nunca quiso desvelar información más allá de sus cuartetas. El mismo, dijo que fueron elaboradas para ser leídas en siglos posteriores. Tenía miedo de la Santa Inquisición y por eso sus escritos eran muy cerrados.


En total dejó 1.174 cuartetas divididas en diez centurias y aparecían cosas tales como por ejemplo pronosticar que llegaría al mundo un tal Napoleón Bonaparte. Que la revolución francesa sería un hecho. Las dos guerras mundiales que estremecieron al siglo XX. La llegada del nazismo, del nacional-socialismo alemán con Adolfo Hitler y más pensando en nuestra época una futura invasión mahometana de España, el cataclismo mundial provocado por una tercera guerra mundial. El hundimiento del vaticano, la llegada del anticristo y así hasta el año 3.797 fecha en la que Nostradamus vaticina el apocalipsis para la raza humana. Que cada uno piense lo que quiera.


Nostradamus, un hombre que entregó su vida a la investigación científica y no solo a la astrología sino también al empirismo, sobre todo esa lucha contra la peste negra, un hombre desde luego singular.


Falleció el 2 de julio de 1.566, tenía 63 años y como es obvio, como os podeis figurar el mismo había adelantado la fecha de su óbito.

Un hombre recordadísimo y que no tuvo sucesor digno. Ya os digo que su hijo, con el mismo nombre fue ejecutado en 1.554 por intentar prender fuego a una ciudad para cumplir el vaticinio falso que él había formulado. Aunque Cesar de Notre-dame, su hijo más querido, llegó a ser pintor de la corte en la monarquía de Luis XIII y por eso nos ha quedado ese retrato fantástico de Michel de Notre-dame, Nostradamus, el hombre que quiso anticipar el futuro.


Justo es que no solamente ensalcemos la faceta astrológica o de vidente o de hombre dedicado a las nigromancias o las alquimias, sino también la de investigador en un tiempo en que todavía se discutía si Copérnico tenía razón al pretender formular esa hipótesis heliocentrista o un tal Miguel Servet fue a la hoguera por haber hablado de una circulación en el cuerpo humano, la circulación sanguínea.


Nunca sabremos si Nostradamus consiguió en realidad ese remedio eficaz para la lucha contra la peste negra ese mal que tantos millones de vidas arrebató en el viejo continente.


Pero bueno es que le recordemos.

Michel de Notre-dame, Nostradamus.

sábado, 1 de mayo de 2010

Los efectos antiinflamatorios y antioxidantes de las naranjas


El zumo de naranja podría ayudar a prevenir los efectos negativos de las comidas altas en grasas y carbohidratos, una investigación publicada en the American Journal of Clinical Nutrition así lo afirma.
En el estudio, 30 adultos sanos, de entre 20 y 40 años, al levantarse tenían que tomar un desayuno elevado en grasas y carbohidratos. Durante el desayuno, fueron divididos en tres grupos. Un grupo tenía que beber agua, otro zumo de naranja (no de concentrado) y el tercer grupo una bebida de glucosa.
Después de analizar la sangre, los investigadores encontraron que los radicales libres se incrementaban en todos los grupos después del desayuno. Sin embargo el incremento fue significativamente inferior (47%) en el grupo que bebió zumo de naranja comparado con agua (62%) y glucosa (63%).
Los marcadores inflamatorios, llamados receptores “toll-like” (TLRs) también incrementaron significativamente en los grupos que bebieron agua y glucosa, pero no en los del grupo de zumo de naranja. Niveles elevados de TLRs se han asociado con la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), obesidad y resistencia a la insulina.
Estudios en animales sugieren que la naringenina, un flavonoide cítrico, podría ayudar a prevenir el colesterol alto y los cambios en la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa que se han relacionado con el síndrome metabólico.
Por lo tanto tomar zumo de naranja nos ayuda a mantenernos sanos y previene inflamaciones.

domingo, 7 de marzo de 2010

¿Pueden correr los elefantes?



Lo creamos o no, es un tema que mantiene bastante intrigada a la comunidad científica que trata con los animales, pues ya desde el 2003 y hasta ahora, se tienen constancia de estudios relacionados con esto.
Probablemente, si nos plantamos ante uno de estos paquidermos y observamos su enorme tamaño, lo más fácil sería pensar que es imposible que puedan correr. Sin embargo, si alguna vez hemos visto algún documental del que fueran protagonistas, seguro que vimos alguna escena en la que conseguían alcanzar altas velocidades. Entonces, ¿los elefantes corren o caminan? Pues bien, al parecer un equipo de científicos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), ha estudiado los movimientos de los pa quidermos para averiguar si corren o caminan cuando se desplazan a gran velocidad. Para ello construyeron una plataforma de fuerzas (para medir las fuerzas que el suelo ejercía sobre los animales a medida que se movían) de 8 metros de largo y del tamaño de un elefante. Contaron además con cámaras de alta velocidad y ordenadores y con todo esto, allá que se fueros al Centro de Conservación de Elefantes de Lampang (Tailandia).
Después de que hasta 34 elefantes pasaran por la plataforma (desde un recién nacido de 870 Kilos, hasta un adulto de 4 toneladas), observaron que cuando los elefantes se desplazan a gran velocidad, las patas delanteras trotan, mientras que las traseras caminan muy rápido, resultando que los movimientos de los elefantes son “extremadamente económicos” desde el punto de vista energético.
Así pues, a pesar de los 25km/h o 40km/h que se ha comprobado que puede llegar a alcanzar un elefante, en realidad no corre si tenemos en cuenta la definición que, en nuestro caso, la RAE expone: “Andar rápidamente y con tanto impulso que, entre un paso y el siguiente, quedan por un momento ambos pies en el aire.”
Y es que los elefantes siempre tienen dos pies en el suelo cuando caminan rápido y tres si caminan más lento, lo que les permite un mejor equilibrio y estabilidad.


Papá Noel



Ahora que hace ya tiempo que pasaron las fiestas navideñas, con sus luces, su música, sus dulces, sus encuentros – reencuentros y también sus excesos… ahora que parecen tan solo un vago recuerdo, nos apetece tomar un pedacito de aquellos días y traerlo hasta la Web para compartirlo. Y es que parece mentira que la cultura navideña del consumo, esté originariamente basada en la imagen de Santa Claus (San Nicolás), que paradójicamente combatió con todas sus fuerzas y sus riquezas esta lacra con la solidaridad.
Hoy te invitamos a conocer la historia de Papa Noel, también conocido como San Nicolás de Bari y Santa Claus.
San Nicolás de Bari nació en el siglo IV en Pátarra, cuidad de Licia o Lycia (país de los lobos) en el Asia Menor (actual Turquía) en una familia adinerada de comerciantes. Son muchas las leyendas que han surgido a lo largo de la historia sobre sus hazañas. Así, por ejemplo, se cuenta que nada más nacer estuvo 3 horas de pie por respeto a la santísima trinidad, que los miércoles y viernes de ayuno para la iglesia oriental dejaba él también de mamar… y que siendo aun muy joven, cuando la terrible peste desoló la región, terminando incluso con la vida de sus padres, Nicolás comenzó a repartir su herencia altruistamente, hasta que fue sorprendido.
Nicolás tuvo conocimiento de un viejo y enfermo caballero que, no pudiendo casar a sus hijas por falta de dote, las iba a prostituir. Nicolás, dejó entonces una noche una bolsa llena de monedas de oro como para poder casar a una de las hijas. En las noches siguientes hizo lo mismo para las otras dos hijas, pero cuando fue a depositar la tercera bolsa, el padre de las pequeñas le sorprendió divulgando su caridad por todo Pátara y festejándolo cada año a modo conmemorativo, a pesar de los ruegos de Nicolás.
Se cuenta que es así como comienza la leyenda de San Nicolás y también su cruzada particular contra la esclavitud infantil.
Tras repartir su herencia, acude a Myra, a formarse con su tío obispo y a los 19 años se ordena sacerdote y al poco tiempo obispo (tras la muerte de su tío).
Pero al parecer, nada de esto hizo que se desviara de su afán justiciero y así nos cuenta otra leyenda que una vez, el gobernador Eustacio fue sobornado para condenar a tres inocentes y allá apareció Nicolás en el momento justo de la ejecución para detener al verdugo, poner en libertad a los prisioneros y hacer confesar su crimen al resignado y “arrepentido” Eustacio.
Reales o ficticias todas estas aventuras del Santo, se creó una tradición al respecto que consistía en la entrega de regalos una noche en concreto del año, aunque tal vez sorprenda saber que no se trataba de la noche del 24, lo que si se sabe es que ocupa lugar de primera línea en la vanguardia de las confrontaciones dogmáticas de la época: defiende el misterio de la Santísima Trinidad, alza la divinidad de Cristo frente a los arrianos y fustiga en nombre de la cristiandad los restos del culto pagano de Artemisa y de Apolo.
Pero ¿qué ocurrió con las tradiciones paganas?
Los niños italianos, por ejemplo, recibían sus regalos de una bruja buena llamada Befana. Según la leyenda, la bruja Befana, barría su casa cuando pasaron los Reyes Magos hacia el pesebre de Belén y la invitaron a ir con ellos. Al no acompañarlos, la Bruja sale cada año a repartir regalos en busca del Niño Dios, como acto de arrepentimiento.
En los bosques vascos quien venía con regalos era un gigante llamado Olentzero, y también carboneros, duendes, campesinos de barba blanca, botas altas y gorro de armiño eran los que regalaban cosas a los niños. No es extraño que el recuerdo de los milagros de San Nicolás entre los fieles cristianos sustituyera a las figuras paganas portadoras de regalos.
Ya en el siglo XVI los niños dejaban un zapato junto a la chimenea (que antiguamente era el símbolo del vínculo entre los dioses y los humanos). Estos creían que los dioses se dirigían a ellos a través de la chimenea, y que también San Nicolás se servía de este conducto para recompensar a los niños con obsequios. Las canciones se cantaban para complacer a San Nicolás, al igual que, antiguamente, se trataba de agradar a los dioses a través de la chimenea.
Por otra parte, en Europa surgió un movimiento paralelo a la creación de Papa Noel.
Tras la Contra Reforma católica (1545 – 1563), surgió la figura de Chritkind, el niño Jesús. Lutero había intentado sustituir al portador de regalos y se le ocurrió que nadie mejor que el propio niño Jesús, que repartía los regalos en Navidad. Pero solo consiguió su propósito parcialmente (por ejemplo en Alemania, la figura pasó de ser un niño a ser una mujer con una túnica blanca y velo largo). De cualquier manera, el despliegue de esta nueva tradición, obligó a San Nicolas a entregar sus regalos el día 25, en lugar de la víspera del día 6 como se venía haciendo (¿coincidencia o no la festividad de los Reyes Magos?).
COMIENZA LA APARICIÓN DEL PERSONAJE:
Fue el poeta y pastor protestante Clement C. Moore, quien describía un Papá Noel robusto y gordezuelo, vestido de rojo de los pies a la cabeza y silbando alegremente mientras atravesaba las nubes con su trineo tirado por renos y se hizo conocido en toda Europa en 1823 tras su inicial publicación en el Troy Sentinel.
San Nicolás se estaba esfumando de la mente de los niños de todo el mundo. Sólo sobreviviría en Holanda, que por aquellos días y lugares, lo representaba vestido con ornamentos eclesiásticos, barba blanca, montando en un burro y llevando un saco o cesta con regalos para los niños buenos y un manojo de varas para los niños algo trastos. Más tarde, hacia el siglo XVII, Comenzaron a mostrarle llegando en un barco llamado Spanje (España), esta vez con un caballo blanco, siempre acompañado por su fiel sirviente musulmán Zwarte Piet (Pedro el Negro), un siempre sonriente personaje que llevaba un saco lleno de golosinas, que era lo suficientemente grande como para que, cuando se quedara vacío, pudiera meterse en él a todos los niños que se habían portado mal durante el año llevándoselos a España (un castigo horrendo para la época, ya que estaban en guerra con el país).
Sin embargo, la aparición de Zwarte Piet en las leyendas de San Nicolas no perduró más allá de las fronteras de Holanda.
Su fiel sirviente musulmán Zwarte Piet (Pedro el Negro), de nacionalidad etíope era un huérfano que San Nicolás compró a algunos piratas de la época, para dejarlo seguidamente en libertad. Sin embargo, como el criado permanecía constantemente a su lado, San Nicolás decidió llevarlo consigo y educarlo.
Aproximadamente en 1624, emigrantes holandeses habían fundado en el continente norteamericano una ciudad, Nueva Holanda, que más tarde se denominaría Nueva York al pasar a manos inglesas. Los emigrantes holandeses se trajeron con ellos a su San Nicolás (Sinterklaas) y de ahí Santa Claus. Con ese nombre se extendió por todo el continente norteamericano, ocurriendo que, en este traspaso, Pedro el Negro, el fiel sirviente musulmán Zwarte Piet de Papa Noel, se quedó en el continente, ya que desapareció de los festejos posteriores.
El escritor Washington Irving, amante del folclore europeo, creó su Historia de Nueva York en 1809, en la que describía la supuesta llegada del santo, cada víspera de San Nicolás (6 de enero), ya sin ropas de obispo y omitiendo el caballo blanco para hacerlo llegar en un corcel volador. San Nicolás fue tan popular a raíz de este relato, que todos, incluso los colonos ingleses, festejaron ésta celebración holandesa. El nombre fue derivando de San Nicolás a Sinterklaas o Sinter Klaas hasta acabar siendo pronunciado como Santa Claus por los angloparlantes.
El siguiente paso en la transformación definitiva de San Nicolás en Santa Claus ocurrió el día 23 de diciembre de 1823, cuando apareció un poema en un diario de Nueva York, titulado Un relato sobre la visita de San Nicolás. En este poema se cambió el trineo tirado por un caballo volador por uno tirado por renos. Describiéndolo como un tipo alegre, rechoncho y de pequeña estatura, asemejándolo así a un gnomo. Y lo más decisivo, fue que Moore, el autor, situó la llegada de Santa Claus, en la víspera de Navidad. Santa Claus comenzaba a tomar forma y así lo mostró en sus ilustraciones de revistas el caricaturista político Thomas Nast, que añadió además algunos detalles de su propia cosecha como ubicar el taller de Santa en el polo norte y su vigilancia sobre los niños buenos y malos de todo el mundo.
El éxito fue arrollador y una nueva imagen de Santa Claus, vestido de rojo, con gorro y botas altas saltó a todas las revistas infantiles y periódicos de su tiempo. Nast debió basarse en los señores del invierno europeos porque su Santa Claus es absolutamente pagano, pero poco tenía ya que ver con San Nicolás de Myra y Bari.
Pero entonces… ¿Es una leyenda urbana el Papa Noel de Coca Cola? Pues en parte si y en parte no… en realidad, el último momento de inflexión en la evolución de Santa Claus, tuvo lugar con la campaña publicitaria de la susodicha marca de refrescos, en la Navidad de 1930.
La empresa publicó una imagen de Santa Claus escuchando peticiones de niños en un centro comercial. Aunque la campaña tuvo éxito, los dirigentes de la empresa pidieron al pintor de Chicago, de origen sueco, Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast. Y así fue como Santa Claus perdió su aspecto de gnomo, ganando en realismo. Santa Claus se hizo más alto, grueso, de rostro alegre y bondadoso, ojos pícaros y amables, y vestido de color rojo con ribetes blancos, que eran los colores oficiales de la marca. El personaje estrenó su nueva imagen, con gran éxito, en la campaña y el pintor siguió haciendo retoques en los años siguientes. Muy pronto se incorporó a sí mismo como modelo del personaje, y a sus hijos y nietos como modelos de los niños que aparecían en los cuadros y postales. Los dibujos y cuadros que Sundblom pintó entre 1931 y 1966 fueron reproducidos en todas las campañas navideñas que la compañía realizó en el mundo y, tras la muerte del pintor en 1976, su obra ha seguido difundiéndose constantemente.

¿Por qué los alimentos de “bajo contenido en grasas” causan obesidad?




Cuando existe algo tan masivo que llega a poner los pelos de punta, algo como la epidemia de obesidad que ataca actualmente a gran parte de la población, es difícil señalar y culpar a un sólo causante. Sin embargo se sabe que, curiosamente, el movimiento creado tiempo atrás de alimentos “bajos en grasas”, ha tenido gran parte de culpa de la epidemia.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el porcentaje de enfermedades cardiacas comenzó a incrementarse exponencialmente. En los años 70 un comité liderado por el Senador George McGovern dio a conocer un informe en el que se aconsejaba a los americanos que para bajar el riesgo de enfermedades cardiacas tenían que comer menos grasas.
En España aún se recuerda cuando nuestros médicos nos recomendaban no consumir aceite de oliva porque era malo para la salud, al ser el aceite una grasa.
Esta recomendación se basó en la evidencia que conectó la dieta y las enfermedades cardiacas.
Desafortunada e injustamente, el informe no individualizó en las grasas saturadas como las “malas de la película”, si no que generalizó diciendo que todas las grasas eran malas. Y éste fue el principio del movimiento “bajo en grasas”… y de la epidemia de la obesidad, resultando en especial interesante lo que ocurrió a continuación.
Al mismo tiempo que todo esto pasaba, los americanos comenzaron a comer más y más. ¿Casualidad? En realidad no, pero vayamos poquito a poco y más tarde contaremos por qué no fue una coincidencia.
Una vez que la grasa fue “identificada” como el principal culpable de las enfermedades cardiacas – un enorme caso de error en la identificación del culpable real – las empresas alimenticias entraron en acción. La carrera por vender alimentos “bajos en grasas” comenzó y con ello, la producción de alimentos bajos en grasa o sin grasa, llevando al mercado nuevos productos.
Esto hizo que la producción de alimentos diese un brusco giro, creando alimentos “que parecieran comida”. Se inventaron alimentos comestibles, fabricados y procesados con sustancias parecidas a los verdaderos alimentos, dando como resultado a idiotas experimentos que culminaron en productos como la margarina o el sirope de maíz (que tiene alto contenido en fructosa) y los aceites hidrogenados, para remplazar a las grasas saturadas.
Así es como llegó hasta nosotros la tempestad alimenticia de nuestros días, con sus miles de alimentos en sus miles de paquetes distintos pero con similares contenidos.
¿Habéis probado alguna vez uno de esos productos sin “grasas” ni azucares ni nada? Obvio resultará entonces si comentamos que si tenemos una empresa alimenticia y quitamos la grasa de los alimentos, necesitaremos forzosamente reemplazarlos por algo… si pretendemos que alguien le hinque el diente y conserve las ganas de volver a hacerlo.
Descubrieron entonces que para que la nueva comida artificial tuviera un buen sabor, no tenían que hacer nada más que añadirle azúcar. Por eso, hoy en día, nuestros mercados acumulan en sus estanterías un montón de productos bajos en grasas pero con mucho azúcar u otros tipos de edulcorantes como el sirope de maíz, que es mucho más barato y fácil de obtener que el azúcar. Tan fácil es, de hecho, que el sirope de maíz, alto en fructosa, empezó a aparecer en cientos o mejor dicho en miles de productos. Lo puedes comprobar leyendo los ingredientes de los productos. Suele venir como sirope de maíz o en inglés corn syrup, a menudo junto con otros edulcorantes.
Y aquí llegamos a lo que comentábamos al principio. Al mismo tiempo que esto ocurrió, se observó que la población americana empezaba a comer más y más. ¡E insistimos en que no es una coincidencia!
Si abres un paquete de azúcar y te dicen que lo comas quizás seas capaz de comer una cucharilla pero no más. Lo mismo ocurre con la mantequilla. Pero ¿y si los pones juntos, azúcar y mantequilla y haces un bocadillo con ello? Algo mágico ocurre porque está riquísimo. Combina azúcar y grasa y a cualquier persona de este mundo le gustará el sabor, porque todos los botones de nuestra evolución son pulsados. Y los fabricantes de alimentos lo saben. El ansia y los antojos por la comida son activados, la química del cerebro se dispara y literalmente podemos comer estas cosas hasta estallar.
Y lo hacemos.
El movimiento por los alimentos “bajos en grasa” coincidió con un enorme cambio en el proceso de creación de comida y los que producen y fabrican estos alimentos sólo viven con una finalidad: hacer que la gente coma más su productos y lo compren más (¡su prolífera economía depende de ello!). Así de fácil – crear combinaciones de azúcar con un poco de grasa, funciona realmente bien con la filosofía de los alimentos “bajos en grasa” y el sabor es maravilloso. Como no tienen mucha grasa los puedes comer, ¿verdad?.
Mientras tanto, la grasa uno de los macronutrientes que hace que te sacies y dejes de comer falta de la mayoría de alimentos que comes. Y comes más azúcar, el alimento que hace que incremente la ansiedad y los antojos por la comida, que ha hecho aumentar el tamaño de los platos. Nacen en los Estados Unidos entonces las comidas supergrandes para cubrir esa ansiedad por comer, trasladándose después al resto de países occidentales.
Las comidas “bajas en grasas” tienen mucho que ver pero no es la única razón del momento que vivimos, en que estamos más enfermos que antes, pero seguramente es uno de los mayores factores que lo han causado.